El ayuntamiento de Antas de Ulla, situado en la provincia de Lugo, a 45 kilómetros de la capital provincial, se ubica en el límite con la provincia de Pontevedra, ocupando exactamente el centro geográfico de Galicia. Integrado en la Comarca da Ulloa, limita al norte con Palas de Rei, al sur con Taboada y la provincia de Pontevedra, en el este linda con Monterroso, y en el oeste con la provincia de Pontevedra.
Comenzando por el topónimo “Antas” que significa dolmen o monumento del megalítico, nos hacemos una idea de la antigüedad de los asentamientos de población en el que hoy es el municipio de Antas de Ulla.
La gran cantidad de restos arqueológicos que se pueden hallar en esta zona, desde petroglifos a dólmenes, además de las mámoas, así como en épocas posteriores los castros, son testimonios pétreos de lo que se cree debió ser un importante poblamiento megalítico.
Aunque apenas existe una historia conocida del municipio, se conocen ciertos hechos históricos que dan una idea del devenir de estas tierras con el paso de los años. Por ejemplo, se sabe que aquellos asentamientos del megalítico serían ocupados posteriormente por los romanos, dado que por la Comarca da Ulloa, formada por los municipios lucenses de Antas de Ulla, Monterroso y Palas de Rei, pasaba en la Edad Antigua la vía que unía Lucus Augusti e Iria Flavia.
También se tienen noticias, a través del Códice Calixtino, del hecho de que en el siglo VI se constituyó el Condado de Ulliensis, tomando como nombre el del río Ulla, que nace en este municipio. Este mismo documento hace referencia a un próspero burgo medieval que vivió en la Edad Media un periodo de esplendor, materializado en el amplo patrimonio de arquitectura civil y religiosa que aún hoy alberga toda la Comarca da Ulloa.
Figuran también referencias al municipio en escritos de Ptolomeo, que cita como ciudad de la región galaica el lugar de Turuptia, que historiadores más recientes sitúan en la parroquia de San Xurxo de Terrachá.
Otra referencia histórica la encontramos en el año 747, cuando Odoario hacía referencia en su testamento a la parroquia de Alvidrón.
Pero si por algo se caracteriza la historia de Antas de Ulla, es por sus leyendas, que forman parte de la tradición popular y hablan sobre tesoros escondidos bajo los castros, de rituales de un culto druídico en el Monte Farelo y en el Puente Pedriña, de manantiales a los que se atribuyen virtudes curativas, como el del Campo das Antas, en el que antaño existió una capilla (por el que pasó a llamarse Campo das Santas), o multitud de leyendas de moros y encantos, relacionadas sen duda con la historia medieval de la zona.
Y si “Antas” proviene de dólmen, el resto del topónimo, de “Ulla”, como no, del río Ulla, punto de referencia básico en la realidad municipal. Sirve de frontera natural con los muncipios limítrofes de Monterroso y Palas de Rei. Según estiman los geógrafos su cuenca fluvial es la más extensa de Galicia, después del Miño, pues llega a los 2.700 km². El río nace en el municipio, en unos predios pertenecientes a la parroquia de Olveda, y da nombre al Ayuntamiento de Antas de Ulla y a la Comarca da Ulloa. Sus aguas riegan a su paso estas fértiles tierras, pero además proporciona otra gran riqueza: sus exquisitas truchas, reconocidas ya en el siglo pasado por Mardoz, y tan apreciadas por los pescadores de la provincia.
De la relevancia y significación históricas de Antas de Ulla quedan variados testimonios, como la Torre de Amarante, el Pazo de Santa Mariña; así como las múltiples presencias de blasones.
De la historia más reciente, cabe hacer mención al hecho de que el nombre de la capital del Ayuntamiento, hasta bien entrada la segunda mitad del siglo XX, fue el de Seoane (fonéticamente como [Soane]); reservándose el nombre de Antas de Ulla para la totalidad del Municipio. Hoy en día la calle de Seoane rememora el nacimiento de la localidad.
Castroverde está situado al este de Lugo y su territorio constituye una zona de transición entre la meseta luguesa y las Sierras Orientales. El municipio está dividido en 37 parroquias.
El escudo de Castroverde fue aprobado en un Pleno de 1992. Está encabezado por una corona condal y en el cuartel superior, de color verde, encontramos un castillo de plata, mientras que en el inferior, de color rojo, podemos ver un cordero pequeño de plata acostado y acompañado de un bollo de oro.
La corona condal le corresponde al Condado de Flammoso, uno de los 11 de la división sueva. Precisamente en las inmediaciones del castillo nace el río Chamoso, del cual la toponimia siempre fue el testimonio más fidedigno del que puede valerse la Historia, fortaleza de la cual el Rey Alfonso III subscribió algunos documentos.
El castillo, o lo que de él queda, se hizo por obra y gracia de los Condes de Lemos, y fue reformado posteriormente por parte de sus ilustres adquirentes. En 1514, el por aquel entonces propietario, Alonso Niño de Castro, Meiriño Maior de Valladolid, le vendió la villa, fortaleza y tierras de Castroverde y de Luaces, al conde de Altamira, en 5.500.000 marabedís, que por de aquella era una fortuna.
En principio fue castro, castro era cuando los romanos proyectaron, puentearon, empedraron, cabalgaron… a través de sus tierras, la Vía Lucus Augusti – Gigia. Hoy en día se están realizando importantes gestiones conducentes a una cierta recuperación/restauración.
Cuentan que al cerco de Lugo, sobre el año 714, cuando fue acometido por los de Alá, (aquellos vecinos a los que se les pidió un préstamo de fuerzas y acabaron de usureros, quedándose con la tierra o con la mitad de ella), acudió en socorro el Conde de Flammoso, y como estas tierras de siempre fueron la mejor despensa de Lugo, se abrió paso con un fato de vitelas, ovejas, carneros, cabras…, además del trigo y de otros abastecimientos.
Ya dentro de las murallas, llegó el día de la Pascua grande, de la Kevira musulmana. Un caballero, dolido de la indigencia de los sitiadores, les dio a los creyentes de Mahomet, para que pudiesen cumplir con su ritual, un fato de ovejas y de carneros, además del pan suficiente para que nada les faltase en tal solemne ocasión. Los muslimes reflexionaron: ‘Ellos aguantan las heladas…, y luego que están bien abastecidos, incluso con huertas intra murallas… ¡mandémolos mudar!’
Mudar se mudaron, pero no hacia Astorga, pues nada más salir de Lugo cogieron la Vía de Castro Verde, dispuestos a asaltarla en todo cuanto allí quedase. Sabedor de eso el Bol-año, que tal apodo le quedó, arremetió tras de ellos, hecho un jabalí, y no paró hasta que los exterminó… precisamente en Covadonga, en la Cueva de la Señora.
El sobrenombre quedó de apellido, incluso dando gentilicio a la parroquia de Bolaño, cuna de sus mesnadas; tanto inzaron a los descendientes de aquel señor, tan generoso como valiente, que este apellido non es raro encontrarlo hoy en día incluso en las Américas.
El ayuntamiento de O Corgo está situado al este de Galicia, y en el centro de la provincia de Lugo, de la que administrativamente forma parte. Limita por el norte con los ayuntamientos de Lugo y de Castroverde; por el este con Castroverde, Baralla y Láncara; por el sur con los de Láncara y O Páramo; y por el oeste con los de Guntín y Lugo.
En la Edad Antigua, una buena parte de las parroquias de este municipio pertenecían al condado de Flammosos, que corresponde al Chamoso actual y que comprende una parte de territorio que hoy pertenezca a Castroverde. Un requerimiento del s. XI especifica la pertenencia del condado a la Corona, después de ser arrebatado a los obispos de Lugo por los condes Vila y Rodrigo Ovequie. Posteriormente, con la división jurisdiccional, la mayor parte del término municipal pertenecía a dos jurisdicciones distintas: Adai y Mañán de Arriba.
Finalmente, en el año 1840 se estableció el concello de O Corgo, tal y como se conoce en la actualidad.
El municipio de Friol situado al oeste de la ciudad de Lugo, limita al norte con Guitiriz y Begonte, al sur con Palas de Rei y Guntín, al este con Lugo y Outiero de Rei y al oeste con la provincia de A Coruña. Tiene una superficie de 295 Km² y se distribuye en 29 parroquias.
Las tierras de Friol fueron colonizadas por los romanos, lo que no resulta extraño, ya que teniendo en cuenta que la capitalidad del convento jurídico lucense era Lucus Augusti, permite suponer que estas tierras fueros romanizadas en época temprana.
Madoz supone que la antigua mansión del itinerario de Antonio, denominada Caranicum, Caranico o Caronium redúcese a la actual parroquia de Santiago de Guldriz. Aunque hoy se opina que estuvo aquella en la actual “Graña de Vecìn”, en el ayuntamiento de Trasparga. Pero que algo significaba en lo antiguo está comarca, lo prueba el ser uno de los más ricos condados de la provincia lucense, en tiempos ya de los reyes suevos, el de Narla, tan de Friol como que la parroquia que lleva aquel nombre no dista sino 4 Km. de la capital del ayuntamiento.
De la época romana aparecieron restos en una vía al construir un puente sobre el río Narla en Friol, vía que es de suponer que fuese una derivación de la que pasaba por Aparraqua o Parga, y que se comunicaría con la que de Lugo iba cara el sur.
De época similar debió ser el castro o la Rocha de Narla, en la cual estuvo la casa y castillo de los Ulloas. <<En San Pedro de Narla – dile Madoz – hay un elevado ribazo llamado Castro de Narla, que se supone un antiguo fuerte o vigía, aunque no conserva vestigios de haber tenido edificio>>. Murguìa, por su parte, supone que le nombre A Rocha es genérico y responde a emplazamiento situados más en lo llano que los verdaderos castros, y que estaban dedicados a campamentos romanos.
De todos modos, que en tiempos pre-romanos debió ser una comarca importante, lo demuestra el gran número de mámoas descubiertas en él y que hizo célebre al licenciado Pedro Vàzquez de Ornas, clérigo y dueño y señor del Coto de Remecil de Parga, más vulgarmente conocido por El Indiano, por haberse criado en América.
Vàquez de Orjas <<denunció, registró y manifestó por hacienda real ( a principios del siglo XVII ) todas las mámoas de gentiles galigrelos, de algunas de las cuales, se dice, que tienen oro>>.no seguiremos paso a paso los detalles del proceso a que dieron lugar la terquedad del señor de Remecil y la codicia de los naturales del país, apresurándose a registrar cuantas mámoas tropezaban a su paso ( 139 ), hasta el punto de que las informaciones obtenidas en el último trimestre del año ( 1609), varios testigos vecino de las jurisdicciones de Friol, San Payo de Narla, Orden de Santiago, Tierra de Gayoso, Puertomarìn, Parga, Trasparga, Ribeira de Pigra y Cotos de Sobrado… afirman << que están al presente abiertas de 300 a 400 mámoas y que todas ellas se abrieron de noche y ocultamente, de modo que no se sabe quiénes las abrieron ni lo que en ellas encontraron, pero es cosa pública que de algunas de ellas se sacaron tesoros>>.
Entre las mámoas que en el famoso pleito se citan, constan, como la de mayor importancia, la Dos Castelos, en la jurisdicción de la Torre de Narla, de la que era dueño Don Alonso Ordèñez das Seijas; la de Anafreita, la de Porto Anguieiro en Anxeriz, la se Reigosa y otras.
Todo ello demuestra en último término, que en aquel territorio debieron existir tribus celtas, detrás de las cuales llegaron huestes romanas que edificaron tal vez ciudades de la que hoy ni aun el recuerdo queda.
Cuenta Guntín con una extensión de 156 Km2. Se organiza en 32 parroquias y sus límites geográficos son Friol y Lugo por el norte, Portomarín por el sur, Corgo y Páramo por el este y Monterroso y Palas de Rey por el oeste.
El nombre de Guntín, según López Peláez, puede derivarse del de Guntino, como dicen los deudos o siervos del Obispo Odoario. Pero ya antes estas tierras figuraban en las tablas de Ptolomeo bajo el nombre de Aqua Quintinae, estando pobladas por los llamados Surbos ou seburos y cuya localización está, según muchos autores, en San Salvador de Guntín a orillas del río Ferreira.
Se sabe que los romanos se dedicaron en esta comarca a la extracción del hierro, lo que supone que por aquellos tiempos había herrerías, de donde tomó el nombre el río Ferreira, encontrándose en algunos lugares escorias de hierro, principalmente en las proximidades de la casa de los Marqueses de Valladares, actual casa da Ferrería.
Aún que son muchas las teorías que se formularon sobre los orígenes del condado de Pallares, nos centraremos en la de López Peláez, Magistral de la catedral de Lugo y arzobispo de Tarragona, que dio a entender que el verdadero Condado de Pallares estaba próximo a Lugo, a diferencia de la opinión que sobre este tema tiene Ferrando, que lo sitúa en tierras de Monforte. Así, López Peláez lo sitúa en la región que bañan los ríos Miño y Ferreira.
En un trabajo manuscrito inédito de Don Buenaventura Cañizares se hace un minucioso estudio de los concilios lucenses a través de dos conocidos instrumentos procedentes del archivo de la catedral que contienen importantes noticias del tiempo de los suevos. Basado en tales documentos, procede a la división de los once condados que formaban el territorio de la diócesis lucense según la demarcación suévica, y, refiriéndose al sexto, denominado Pallarense, nos dice que comenzaba donde entra, en el Salicida, el río Argonde, nombre de un lugar de la parroquia de Campo a la derecha del Miño, en el término municipal de Lugo.
Durante la agitada y turbulenta minoría de edad de Alfonso XI(1312-1350), el infante Felipe usurpó muchos bienes a la catedral de Lugo y dominaba en esta ciudad. el obispo buscó la alianza de D. Alonso, hijo del infante D. Juan, y, para atraerlo mejor a su partido y hacer de este modo que su ayuda fuese más inmediata, le entregó en 1315 la encomienda de todo el territorio conocido con el nombre de Coto de Lugo y de Pallares. Este hecho es indicativo de la proximidad del Condado de Pallares y el de Lugo, desbancando en parte la teoría anteriormente mencionada de Ferrando, que lo sitúa cerca de Monforte.
Ya mucho antes, reinando D. Alfonso, allá por el año 1078, se reconocía en escritura pública que eran condados realengos los de Chamoso, Narla, Rábade, Pallares, Sobrado, Ferreira y Portomarín.
Don José de Pallares y Correa obtuvo el título de Conde de Pallares por real despacho de 26 de julio de 1815, con el vizcondado previo de pallares, condado que actualmente ostenta el escritor D. Luis Vázquez de Parga e Iglesias de la Riva, VI conde.
El ayuntamiento de Monterroso es uno de los municipios integrantes de la comarca de A Ulloa, comarca con una extensión considerable, 447,6 Km2 con algo más de 500 entidades de población junto con Palas de Rei y Antas de Ulla. Este municipio cuenta con una extensión de 114,6 Km2 y se sitúa en el suroeste de la provincia de Lugo. Geográficamente Monterroso limita por el norte con los ayuntamientos de Guntín y Palas de Rei, al oeste de nuevo con Palas de Rei y Antas de Ulla, al este con Portomarín, Taboada y Guntín y al sur con Taboada y Antas de Ulla.
El nombre que le dieron los antiguos que habitaban en estas tierras está ligado a las características del relevo y proviene de las formas latinas, monte(m) russu(m) o monte(m) russeu(m), aludiendo bien al color de la tierra, bien al color rosáceo de las urces y carrascas de sus montes. Esta denominación no aparece hasta por lo menos mediados del siglo XII donde Monterroso era el nombre de un monte, que en un momento determinado se pasó a denominar a un lugar de asentamiento humano. Es un labor bastante difícil saber cuando sucedió esto, lo que si sabemos es que el documento más antiguo relacionado con esta comarca es del año 572 y se refiere a la confirmación de la división de la diócesis lucense en doce condados. Según estudios realizados, el territorio de Monterroso abarcaría la comarca de A Ulloa, es decir los actuales ayuntamientos de Antas de Ulla y Palas de Rei, y ultrapasaría sus límites, por lo menos en algún momento, cara la Tierra de Melide y cara el Miño.
De la importancia de estas tierras dan buena fe la cantidad de pazos y casas señoriales existentes en todo el municipio, en cuyos muros se observan los blasones de las principales familias nobles de Galicia: Ulloa, Traba, Salgado, Noguerol y Andrade, entre otros. Tamén las 20 iglesias románicas construidas entre finales del siglo XII y principios del XIII hacen referencia a otro hecho indiscutible: la transmisión artística del Camino de Santiago que, desde Ventas de Narón se dirige hacia Ligonde.
Los característicos cruceros marcan el término municipal siendo algunos de gran interés como el de Lameiros, cerca de Ligonde, en pleno Camino de Santiago, tiene en el pedestal una inscripción con el nombre de Ulloa junto con los instrumentos de la Pasión de Cristo, a continuación el fuste y el capitel con la imagen de Cristo en una cara y la Virgen de los Dolores en otra; otros cruceros de interés son el de Fente, Frameán o San Breixo.
El Concello de Outeiro de Rei pertenece a la provincia y diócesis de Lugo; integrado en el conjunto de la unidad geográfica conocida como A Terra Cha lucense. Se sitúa a 11 km de la capital provincial. Limita por el Norte con los Concellos de Bergonte, Cospeito y Rábade; por el Este, con el de Castro de Rei; por el Sur, con el de Lugo y por el Oeste, con el Concello de Friol.
Con las referencias bibliográficas y arqueológicas existentes, se piensa que Outeiro de Rei estuvo continuamente habitado primero, por la población castrense (800 a.C – 100 d.C), siendo varios los castros catalogados en este Concello, todos ellos sin excavar y entre los que se encuentra el Castro de Candai, situado en los límites de las parroquias de Aspai y Candai; y segundo, por los romanos (60 a.C. – 410 d.C), los que se supone que llegarían aquí poco después de fundar la ciudad de Lugo bautizando este lugar, de acuerdo a la mayoría de los historiadores y fuentes clásicas consultadas, con el nombre de Octodorum. Su presencia supuso no solo la romanización de varios de los castros existentes en el Concello como el Castro de Tourón (Guillar) o el Castillo del Picato (San Lourenzo de Aguiar) si no también la construcción de dos vías que atravesaban el citado Outeiro de Rei así como la constitución de alguna casa de campo agropecuaria o «villae» en la parroquia de Vilela o poblados sin fortificar «vici» como es el caso de la actual Santa María de Cela, la que recibía por aquel entonces el nombre de «Aguas Célenas».
La llegada de los suevos a Galicia (410 d.C. aprox.) supuso la organización político-administrativa del territorio lucense en condados, integrándose la práctica total del actual concello en el denominado condado de Superata (Sobrada).
Durante la época medieval (s. XVIII-XV), organizado en dos jurisdicciones, la de «Sobrada de Aguiar» y la de «Otero de Rei», señoríos de Pedro Freire y el conde de Lemos respectivamente, se convirtieron en el nacimiento de algunos de los principales liñajes nobiliarios de Galicia, entre los que destacan los Gayoso, los Montenegro o los Aguiar. Estes construyeron aquí, primero sus castillos-fortalezas y una vez finalizada la inestabilidad medieval (s. XVI), llevaron a cabo la transformación civil de dicha arquitectura militar, surgiendo los pazos y casas señoriales.
Suposición limítrofe con la capital de la provincia hizo pues de Outeiro de Rei un lugar de residencia apetecido para los ya referidos nobles y también para la pequeña hidalguía. Buena prueba de ello es la importante concentración de casas señoriales en este término entre las que ocupan un lugar destacado: el pazo de Mirapeixe (Santa Mariña), solar de origen de los Gayoso; la «Casa Fuerte» de Outeiro de Rei, fundada a partir de una torre medieval en el siglo XV por la familia irlandesa O´Kelly y posteriormente en manos de los Gayoso; la casa -torre de A Barreira (Santiago de Gayoso) originaria de 1575 o el pazo de Guevara, levantado a finales del siglo XVII por los Pardo-Rivadeneira.
Pero Outeiro de Rei no solo conserva una arquitectura civil de interés, tambien debemos destacar su arquitectura religiosa, sus veintisiete iglesias y capillas fueron construida mayoritariamente durante los siglos XVII-XVIII, con excepciones como son los templos de Francos, Martul y Robra, los cuales tienen origen románico si bien remodelaciones posteriores a penas dejan entrever elementos de las construcciones primitivas.
De la Edad Moderna (s. XVII-XVIII) resaltar que la concentración de la tierra en manos de unos pocos y en consecuencia la imposibilidad de obtener beneficios del campo hizo que los vecinos buscasen actividades complementarias a la agricultura consolidándose en este Concello, gracias en parte a las características de su suelo, una importante zona de torneros que cubrían en buena parte las necesidades de útiles domésticos de la provincia. Los principales núcleos productores del momento estaban en Santiago de Gayoso, Silvarrei, Penelas y Bonxe; a partir del siglo XX el número de tornero empezó a disminuir drásticamente, y en la actualidad solamente en Bonxe, gracias a Josefa Lombao Ferro, pervive esta actividad y tradición, siendo la alfarería de Bonxe una de las cuatro alfarerías ancestrales que todavía perviven en Galicia.
Situado en el noroeste de la provincia de Lugo, el municipio de Palas de Rei limita al Norte con el municipio de Friol, al Sur se sitúa el municipio de Antas de Ulla, en el Oesta limita con la provincia de A Coruña, y en el Este limita con los municipios lucenses de Monterroso y Guntín.
La historia de Palas de Rei se presenta íntimamente unida a la cultura castrense, conservando todavía hoy numerosos restos arqueológicos testigos de un remoto asentamiento.
Según la tradición el concello debe su nombre «pallatium regis» al palacio del rei visigodo Witiza, que reinaría entre los años 702 y 710. En Palas Witiza habría matado al Duque de Galicia, Fafila, padre de Don Peaio.
El Románico entró por el Camino de Santiago, dejando su huella en la arquitectura religiosa, destacando la iglesia de Vilar de Donas, uno de los referentes principales del románico gallego, declarada en 1931 monumento histórico-artístico. Sus pinturas murales forman uno de los dos conjuntos más destacados y mejor conservados de Galicia.
El Municipio de Palas de Rei cuenta con un amplio patrimonio artístico que refleja el pasado señorial de estas tierras, pues conserva restos de fortalezas, torres, castillos, así como varios pazos y casas blasonadas. Entre las construcciones más relevantes se pueden citar: la antigua casa-torre de Filgueira; la casa-torre de Fontecuberta; el Pazo de Laia que conserva el escudo de armas de los condes de Traba, de cuyo linaje saldría el fundador de Pambre; la casa de Ulloa, donde los Saavedra, Montenegros, Gayosos, los Deza, se identifican con sus armas y escudos familiares; el Pazo Mariñao; el Pazo de Pacheco, y finalmente El Castillo de Pambre, fortaleza erguida por Don Gonzalo Ozores de Ulloa hacia el año 1375 , que resistió a la revuelta irmandiña en el 1467, convirtiéndose en un de los mejores ejemplos de la arquitectura militar de Galicia.
Palas, protagonista también en la segunda guerra carlista, fue uno de los escasos municipios en los que triunfo la sublevación en 1846, constituyéndose en una Junta Revolucionaria.
El ayuntamiento de O Páramo está situado en el centro de Galicia y en el oeste de la provincia de Lugo, de la que administrativamente forma parte. Limita por el norte con el ayuntamiento de O Corgo, por el este con los de Láncara y Sarria, por el sur con el de Paradela y por el oeste con los de Portomarín y Guntín.
Las primeras referencias históricas de O Páramo las encontramos en los hallazgos arqueológicos en la Parroquia de San André da Ribeira, de donde aparecieron varios túmulos megalíticos, y también abundantes castros como los de Friolfe y Moscan.
La primera referencia escrita sobre las tierras de O Páramo data del año 569, cuando en un concilio celebrado en Lugo se establecen los límites de los 11 condados, que pertenecían a esta diócesis. Uno de ellos era el Condado Paramiensis, que «recibía su nombre de Páramo, territorio situado entre el margen izquierdo del río Miño y Neira; su extensión comprendía la confluencia de Sarria con el citado Neira por el noroeste; seguía al margen de este último río por el norte, y el Miño lo terminaba por el sur hasta la cuenca del aurífero Sil. Se comprendía en este territorio, además de Sáa de Páramo, los pueblos de Vilasante, Ribeira, Chanca, Paradela y O Incio, según relato de Manuel Amor Meilán.
El nombre de O Páramo viene de la Edad Media, y de los primeros tiempos de la Reconquista. El Señor López Pelaez afirmó que en la primera época de la Reconquista ya existía el Convento de San Salvador de Páramo (año 402) , que dio gran relevancia a la Comarca. Su importancia se pone de manifiesto al leer la carta de restauración de la Iglesia de San Xoán de Friolfe cerrada en el año 910 y que fue escrita por cuatro abades, ocho presbíteros, cuatro diáconos y siete testigos.
La historia de O Páramo aparece fundida en la de Sarria en la que solo hace referencia en el año 1255, en una escritura de Alfonso X confirmando un privilegio que siendo infante expedirá en el 1246 a favor de la Orden Hospitalaria por la cual le hacían donación de :»Páramo en Gallicia que yaze en onor de Sarria como parte de Riva de Neira.»
El Concello de Rábade está integrado en lacomarca lucense de la Terra Chá, en el cuadrante nordés de Galicia. Sus coordenadas geográficas son las siguientes: 43º 6′ Lat N e 7º 37′ Lonx W. La distancia de Rábade a la capital de la provincia, Lugo, es de 15 Km, e su término municipal es limítrofe con los de Begonte e Outeiro de Rei.
En la provincia de Lugo, la comarca de la Terra Chá es un destacado enclave en el que a restos arqueológicos del periodo de la cultura megalítica (IV milenio a.C) se refiere, existiendo en el término municipal de Begonte, en el que estuvo integrado Rábade, vestigios de hasta 50 mámoas, es decir, túmulos en forma de casquete esférico realizados con tierra y piedra, que tiene la función de cubrir y aislar las estructuras de entierros.
Con relación a la época romana (hasta el s. V a.C), Rábade está en relación con el armazón viario terrestre que establecieron los romanos utilizando en mucho casos antiguas vías megalíticas y castrenses. Por la inmediaciones de Rábade transcurrió la denominada vía XX que unía Braga y Astorga, que seguía desde el río Ulla por la costa coruñesa hasta Betanzos para continuar despues en dirección sur hacia Lugo (tramo que afectaría a Rábade) y Astorga. Aunque los itinerarios concretos de las vías romanas son objeto de discusión entre los especialistas, Rábade aparece relacionado con la que mencionamos.
Rábade figura en los itinerarios medievales, concretamente en los trayectos que unían Vilalba y Rábade, por un lado, y Rábade y Parga, por otro (este último está relacionado con la antigua vía romana Betanzos?Lugo).
En la Edad Media está datada el puente antiguo de Rábade, concretamente en los siglos XIII-XIV. En cuanto a la herencia visigótica se conserva en el Museo Diocesano de Lugo una lápida sepulcral localizada en las cercanías de Rábade.
Durante los siglos X y XI a villa de Rábade estuvo relacionada en algunos momentos con el dominio del monasterio de Desván que tenía enclaves dispersos geográficamente, y que en Rábade orientaba la explotación hacia los pomares (plantaciones de maciñeiras) y las pesquerías fluviales.
En el año 1029 el mayordomo de la villa de Rábade se subleva contra el rey y busca la protección del conde Rodrigo Romániz. Con la intensificación de la fragmentación territorial crecen el número de castillos y proliferan las revueltas aristocráticas en contra de la monarquía.
En el año 1078 el obispo de Lugo recupera, gracias a una sentencia del rey Alfonso VI de Castilla y León, los condados y territorios (entre ellos Rábade) que le había arrebatado el conde Ovéquiz en las permanentes luchas por el poder político sostenidas entre la Iglesia, la nobleza y la corona.
Entre los siglos XIV y XV varios linajes familiares señorean en la zona de Rábade, estableciendo sus casas solanas. Son los de Rábade, Aguiar, Gaioso, Montenegro, Parga, Saavedra, Baamonde y Ribadeneira.
Un cronista de la época recoge como en el siglo XV, en los años posteriores a las Revueltas Irmandiñas y a la ejecución del famoso Mariscal Pardo de Cela, se produce una «hazaña militar» llamada de la «Ponte Ravade» en Rábade (vinculada al asedio a la próxima fortaleza de Caldaloba), reinando ya los Reyes Católicos.
Durante el siglo XVIII se construyó el Camino Real que uniría A Coruña con Madrid. Entra en Galicia por Pedrafita, pasando por Rábade y llegando finalmente al Puerto de A Coruña. En esta época Rábade era una feligresía que se integraba en la jurisdicción de Outeiro de Rei, que pertenecía al señorío de la Casa de Lemos y que se incluía en el partido llamado de Ambas Aguas, todo en el marco de la provincia de Lugo. Una de las siete provincias en las que se estructuraba el llamado Reino de Galicia. Se conserva abundante documentación de estos siglos, donde destacan numerosos expedientes judiciales tramitados delante de la Real Audiencia por los vecinos de la xurisidición de Outeiro de Rei que buscaban en esa institución las garantías judiciales que no les ofrecían los jueces señoriais.
La llegada del ferrocarril en el siglo XIX transformará ya para siempre jamás el sistema de vida de los habitantes de esta parroquia, anclada en los usos y costumbres más tradicionales de la época. Políticamente este siglo se abrió para Rábade, como para el resto de España, con un episodio bélico, la Guerra de la Independencia contra los franceses.
Rábade, estratégicamente situada en el camino que se dirige hacia la Coruña, se vio afectado por el paso de las tropas napoleónicas de los mariscais Ney y Soult en su persecución del ejército del general Moore que se retiraba hacia el puerto de A Coruña, donde se desarrollaría la Batalla de Elviña. Después de las Cortes de Cádiz comenzó a desarrollarse el marco legislativo que configuraría la formación de los ayuntamientos constitucionales.
Rábade se verá afectado por las Guerras Carlistas: en 1837 en Rábade está establecido un cantón militar dependiente de la comandancia general de Lugo; en 1838 se organiza en Rábade una factoría de abastecimiento para el ejército y en 1842 se recoge documentalmente la existencia de un acantonamento militar que dispone también de cárcel. También en la última Guerra Carlista se recoge la existencia de una facción carlista en las cercanías de Rábade, en la zona de Outeiro de Rei (1873).
En el siglo XX, Rábade se convierte, en 1925, en Ayuntamiento independiente al segregarse del Ayuntamiento de Begonte, y en 1935 recibe el título de Villa por decreto del Ministerio de la Gobernación.
En los años 60 se mejora la equipación educativa y deportiva del Ayuntamiento, este se integra en una mancomunidad turística y continúan mejorándose los servicios e infraestructuras de la villa. De hecho, en 1968 y de cara a el Plan de Desarrollo Económico y Social, Rábade es calificado como núcleo de atracción en una zona de influencia más extensa».
En los años 70 se produce la desafectación de monte comunal para crear un polígono industrial. En 1973 Rábade es declarado zona urbana por los Servicios de Valoración Urbana de Hacienda.
En los años 80 la Corporación certifica su apoyo a la autonomía gallega.
En los planes de comarcalización de los años 90 Rábade se define como «un Ayuntamiento sin sector primario prácticamente, con una estratégica situación que define la importancia de sus sectores secundario y terciario, de los que se nutre parte de la zona rural de los ayuntamientos limítrofes. Su carencia son los servicios administrativos a pesar del alto nivel de renta por habitante de la localidad, lo que viene determinado por la reducida población».
Hoy por hoy el Ayuntamiento se abre a nuevos proyectos, incluidos los de tipo cultural y ecológico.